1770 - 1789
El reinado de Luis XVI (1774 –
1789) fue bastante corto hasta el
momento en que estalla la Revolución Francesa y pone fin al estilo de gobierno
monárquico absolutista en todos los sentidos.
Para este momento Francia se
encuentra jaqueada por Europa que buscaba disminuir el crecimiento francés que
había iniciado Luis XIV.
Luis
XVI reina en una etapa que coincide con los replanteos de la existencia de la
monarquía y del rey como representante de Dios. Surge el Iluminismo, acompañado
de un fuerte retorno a las ideas y concepciones de la Grecia y Roma clásicas,
tales como la democracia, la república y el senado. De aquí el nombre que
abarca el periodo de 1770 a 1804 conocido como NEOCLÁSICO. Junto con Luis XVI,
el personaje de mayor renombre en esta etapa fue su esposa la reina María
Antonieta de origen austríaco. Llevando al límite la separación entre la
monarquía y el pueblo, ambos mueren en la guillotina, ella en 1792 y él en
1793.
Se
usan seda chinée, seda natural, algodón, muselina, brocados y terciopelos.
Pieles, encajes y puntillas. Estampados pintados a mano, bordados en hilos de
oro y plata. Tonos pasteles para el estilo campestre impuesto por María
Antonieta y colores más fuertes para la corte.
En el periodo de 1760 a 1789 se
observa una proliferación de las formas barrocas y del Rococó y una gran
exageración en los tamaños de las pelucas y los trajes, principalmente
femeninos.
VESTIMENTA FEMENINA
La
ropa interior no sufre modificaciones y se sigue utilizando el corset y panier
para darle forma a la silueta. El cuerpo de los vestidos no cambian y las
variantes más importantes se dan la forma de armar la sobrefalda.
Todos tenían cuerpo ajustado, escote
y mangas al codo pero las faldas variaban en el método de drapeo y decoración
de la tela
Robe à la Polonaise: la falda se armaba mediante cordones internos para
crear tres particiones drapeadas de material, usado sobre paniers y otras
variaciones.
Robe à la Circasianna: falda dividida en escotaduras armadas mediante el
mecanismo de cortina romana.
Robe à la Anglaise: (Vestido a la inglesa – Vestido Redingote) La
influencia inglesa en la vestimenta masculina tiene su repercusión en los
vestidos femeninos en este estilo de traje que tiene un cuerpo como chaqueta
masculina con solapa y prendedura cruzada.
La parte del pecho se exageraba
mediante un fichu que creaba un pecho buche de paloma.
El
uso de pelucas armadas adquirió tamaños extravagantemente altos, logrados
gracias al uso de postizos y almohadillas de relleno. Se mantenía la tendencia
de Luis XV de empolvar el cabello y las pelucas. Lo mismo ocurría con el
maquillaje.
Respecto al calzado, no tuvo
variantes, de lo que se utilizó en el periodo anterior. Como accesorios, las
mujeres llevaron: abanicos, parasoles, guantes, joyería, hebillas.
VESTIMENTA MASCULINA
Era
principalmente el Habit a la française (calzones, chaleco y casaca), que se
reducen en tamaño y todas las piezas se ciñen sobre el cuerpo. La casaca tiene
una marcada reducción en su forma iniciando el formato de chaqueta que se
conocerá como FRAC, y se utilizará durante todo el siglo XIX. No hay mayores
modificaciones. Siguen vigentes las mismas reglas de etiqueta que en los
periodos anteriores: taco rojo, medias de seda blancas.
En
cuanto al peinado, tanto las pelucas como el maquillaje se siguen usando de la
misma forma que el en periodo anterior, lo mismo ocurre con el calzado: zapatos
y botas con taco Luis XV.
Los
principales accesorios masculinos continúan siendo la espada, sujeta la cadera.
El sombrero de moda es el tricornio, con adornos de plumas. Los guantes se
realizaban en cuero trabajados en tonos clásicos.
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Victoria&Albert Museum |
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