Estudio de la historia social de la moda, los textiles y el diseño. Centro de referencia y consulta permanente para diseñadores, estudiantes, investigadores y todos aquellos interesados.

lunes, 3 de abril de 2017

1990s: El fin del milenio

El muro de Berlín cayó en 1989, la Unión Soviética fue disuelta en 1991. No cabe duda que los últimos 10 años del siglo XX fueron testigo de cambios cruciales en las sociedades. También el mundo de la moda fue evolucionando a la par hasta convertirse en una gigantesca industria convergiendo en ella: imagen, elementos de poder económico, ideologías, luchas sociales, gustos musicales, manifestaciones artísticas, influencias cinematográficas, impulsos de diseño y materiales en constante evolución.
Para reflejar un estado más evolucionado y naturalista del ser humano, preocupado por el medio ambiente y las cuestiones sociales, la apariencia de los noventa, particularmente desde mediados a fines de la década, se inclina hacia lo minimalista. Pequeños pero claros detalles o accesorios, que ponen de manifiesto quién es cada uno. Ya sea por medio de formas, o la marca, la nueva vedette de nuestra era.
Los monogramas, o logotipos de las casas de moda y las grandes marcas de prêt a porter o ropa deportiva se transforman en un mensaje claro y directo, que continúa siendo utilizado.
Las influencias se tomaban de todos los ámbitos posibles, y el estatus de poder se manifestaba no con grandes detalles sino con elementos contundentes.
El culto a la belleza y el cuerpo, siempre joven, alcanzó su pico de poder representado en el mundo de la moda por las ultra delgadas supermodelos como Claudia Schiffer y Naomi Campbell. Iniciando el reinado de las cirugías estéticas y la obsesión con dietas y el ejercicio, en busca del cuerpo perfecto. En las pasarelas se impone el uso de microminis y remeras ultra cortas.
La música, el rock principalmente, sigue siendo el elemento diferenciador de los jóvenes, y en la misma década se pasa del hard y soft metal con bandas como Metallica, Guns and Roses y Whitesnake, con cabello largo y jeans o prendas de cuero ajustadas, al desconsolado grunge de Nirvana, con pantalones rasgados, remeras viejas o camisetas simples y camisas leñadoras.
Hacia el final de la década (y a su vez del siglo y milenio), la apertura de mercado incluye todo tipo de prendas, estilos, influencias y manifestaciones, haciendo de la indumentaria el primer y único elemento de caracterización personalizada de cada uno, ya sea mediante la Alta Costura, el Prêt a Porter, el Ready to Wear, el Sportwear, lso Básicos o la ropa de Tendencia o diseño de autor; hay un estilo para cada uno, y queda en nosotros el aprender a jugar con eso.



1980s: El Poder del Dinero

Hacia los '80 el mundo había alcanzado cierta estabilidad política y económica. Como consecuencia de la disminución de las manifestaciones de tono ideológico, se fue abriendo camino la intención del crecimiento económico y principalmente la obtención de dinero y los elementos para ostentarlo.
La lucha de las mujeres se centró en la igualdad de derechos laborales y de poder, especialmente en el mundo corporativo de negocios. Estas nuevas profesionales independientes requerían de una apariencia acorde, y de la mano de genios del diseño y la sastrería como Donna Karan, Thierry Mugler y Giorgio Armani, hace su aparición el Power Suit (Traje de Poder), caracterizado por el trajecito o tailleur: un blazer largo y ancho con hombreras, que daba más volumen, una falda estrecha hasta las rodillas y un par de zapatos clásicos de taco alto. La falda podía sustituirse por pantalones pinzados o palazzo. Por algún tiempo, los bermudas también fueron aceptados como parte de este conjunto. Se completaba con elegantes blusas o sweaters. Los vestidos eran de telas delicadas y siempre provistas de hombreras. Como toque final se usaba un abrigo ancho o gabán. Esta apariencia formal quedó perfectamente plasmada en la película Secretaria Ejecutiva (Working Girl) de 1988, protagonizada por Melanie Griffith, Harrison Ford y Sigourney Weaver. Esta apariencia contenía la sobriedad suficiente como para competir con el hombre y el atractivo y sensualidad necesarias para ganarle en su propio terreno. De este ámbito, surge también el personaje conocido como Yuppie - Young Urban Professional; es decir el prototipo del joven profesional urbano con alto poder adquisitivo y un gusto particular por la vestimenta y accesorios que lo demostraran.
La década de 1980 será recordada por la exageración de formas y el recargo en colores, texturas y complementos, dando una apariencia sobresaturada de elementos y formas gigantescas desde la ropa de calle hasta la deportiva, cuyo mercado inició con el jogging y los aeróbicos, su camino hacia el desarrollo y consumo entre todas las edades. El casual-sport, sería el resumen de esa mezcla excesiva utilizada para toda ocasión.
Dejarán su marca grandes diseñadores como Gianni Versace, Jean Paul Gaultier, Gucci, Prada y Christian Lacroix, entre otros. Karl Lagerfeld sería el artífice del resurgimiento de la casa Chanel.
La música, el cine, y sobre todo la televisión no se mantendrían al margen, y serían fuentes constantes de ídolos a quienes imitar para todas las edades. Desde la series como Dinastía y Dallas o División Miami (Miami Vice), estrellas como Madonna y Michael Jackson y films como Flashdance  entre otros, marcarían a fuego los estilos de la década.
Desde Londres y de la mano de Vivienne Westwood, el punk, surgido a finales de los '70, tomaría las calles de Inglaterra y posteriormente los Estados Unidos, como la manifestación opuesta a las rígidas reglas del capitalismo y conservadurismo representados por la Primer Ministro británica Margareth Thatcher y el presidente estadounidense Ronald Reagan.
Vestimenta, accesorios, colores, formas y materiales, todo apuntaba a la demostración exacerbada de la presencia.

Revista ELLE, 1989


1970s: Década de extremos

La combinación de fuertes ideologías políticas y sociales, convivieron con la intensidad de la música disco y los estilos étnicos haciendo de los años '70 una década muy particular. Plasmada en los pantalones Oxford, las altas plataformas, el poliéster, los grandes estampados y las combinaciones extravagantes de colores. Se usaban la maxi, midi (a la rodilla) y minifalda, las botas de caña alta, tejidos artesanales y el flower power hippie.
Las corrientes geográficas en la moda crean una sucesión de prendas hindúes, japonesas, rusas, africanas y el conocido "gaucho look". La bikini de corte bajo es obligatoria en todas las playas del mundo.
Se impone el jean como pieza básica en la vestimenta tanto femenina como masculina. Los jeans de diseño nacieron en los '70, cuando Gloria Vanderbilt, Fiorucci y Calvin Klein lanzaron nuevas formas y colores que desbancaron, por algún tiempo, a las marcas tradicionales.
Diseñadores como Sonia Rykiel y Emanuelle Khank presentaron indumentaria prêt- à- porter que era elegante y funcional a la vez. Otro influyente diseñador fue Kenzo Takada, quien hizo su debut en París en 1970. Sus creaciones realizadas con tejidos comunes para kimonos aparecieron en la portada de la revista Elle. Representó un aspecto contracultural de la época al centrarse en diseños cotidianos y distendidos, utilizando materiales tradicionalmente orientales de formas inusuales.
Habiendo iniciado su carrera con Christian Dior, Yves Saint Laurent llegó, en los `70 a ser un prodigio en el mundo de la moda. Sus conjuntos, inspirados en la ropa cosaca, señalaron el punto culminante en las tendencias de la década. Fue él quien impuso el clásico smoking negro para mujeres. También ideó vestidos inspirados en el Sahara y suntuosas creaciones en brocados y terciopelos.

Como movimiento contrario a la moda futurista de la década anterior, las tendencias volvieron a una apariencia más natural. Entre ellos se favoreció la moda hippie y folk. El jean, en particular, se convirtió en símbolo de la prosperidad americana, de las estrellas de Hollywood y de la juventud rebelde, que impulsada por la guerra de Vietnam, comenzó a manifestarse en contra del establishment. Los hippies no aceptaban los parámetros sociales ni morales de la sociedad tradicional. Su apariencia se destacaba por el cabello muy largo y lacio, en hombres y mujeres por igual; confeccionaban sus propias ropas y preferían los jeans de aspecto gastado.


El punk fue uno de los temas máximos en la moda de los '70. Surgido de un breve culto callejero contrario a las modas, acabó representando algunos de los ideales fundamentales de la época. En esos años Malcom McClaren lanzaba su grupo: los Sex Pistols y Vivienne Westwood abría su tienda "Sex" en Londres, donde vendía faldas escocesas, camisetas decoradas con frases lujuriosas, enormes botas de caña alta, cadenas y camperas de cuero provistas de pinchos. Este look se completaba con el pelo teñido de colores extravagantes, dándole formas imposibles (como picas puntiagudas) con mucho gel, o el estilo mohicano. Las perforaciones (piercings), terminaron complementando la imagen cuya influencia marcaría a diseñadores como Zandra Rhodes y más tarde, a Jean Paul Gaultier.

 En el distrito londinense de Kensigton, Barbara Hulanicki fundó la tienda BIBA, que, en el apogeo de su éxito llegó a ocupar la totalidad de unos grandes almacenes.
La jerarquía del mundo de la moda, que colocaba a la alta costura en la cima, comenzaba a tener una fuerte oposición de parte de las nuevas tribus urbanas que se dejaban ver por las calles de las capitales mundiales, de esta manera, hippies, punks, surfers, skaters, rastas, mods, rockers, entre otros, extendieron las barreras de los estilos posibles y a la vez manifestaban el constante desafío a lo preestablecido, cada uno usando la vestimenta  como vía de representación 

1960s: El poder de la juventud

La era de la producción en masa y la sociedad de consumo estaban en pleno desarrollo. La multiplicidad de suceso, fueron vistos por televisión en todo el mundo, tanto políticos como científicos. Se dará inicio a la Era Espacial, lo que tendrá su representación en el estilo futurista de genios como los diseñadores André Courrege y Pierre Cardin.
Las innovaciones tecnológicas colocarán nuevos materiales en el mercado, favoreciendo los plásticos y materiales no convencionales como el PVC y el metal, elementos esenciales para las construcciones semi arquitectónicas de Paco Rabanne, que construyó extraordinarios ejemplos de moda no convencional.
El arte hará lo propio y volcará en todo tipo de piezas las influencias del Pop Art (arte popular) teniendo su mayor exponente en Andy Warhol, y el Op Art (arte óptico): genial combinación de formas bidimensionales para crear la ilusión óptica de movimiento en tridimensión, generalmente en monocromía de blanco y negro.
Pero la genialidad en la forma se debe a la estructura de las prendas, ya sean vestidos, pantalones o sweaters, de la mano de Yves Saint Laurent, quien comenzará como aprendiz de Dior y se haría cargo de la dirección creativa de su Casa de Modas, cuando éste fallece en 1957. Saint Laurent sería el encargado en presentar la silueta, o más bien, la figura geométrica que se adueñaría de los años 60: la forma trapecio. Más fácilmente reconocible en los típicos vestidos de cuello redondo y sin mangas, luego se extendería al resto de la ropa. A esta nueva forma se le sumaría el último GRAN cambio en la vestimenta femenina: la minifalda. Por primera vez en toda la historia las piernas quedaban a la vista casi en su totalidad. Lanzada por Courreges en su presentación de alta costura para la temporada primavera - verano de 1963 y popularizada y difundida en todo el mundo por la inglesa Mary Quant junto con las pantimedias.
La minifalda, que llegó a un largo de 34cm era una propuesta de moda informal, destinada a las jóvenes pero influyó en la moda femenina para todas las edades.
El estilo que promocionó Quant, era el de una mujer joven, muy delgada y con los ojos (en especial las pestañas) sumamente maquillados, que fue encarnado a la perfección por la modelo Twiggy.



1950s: moda adulta y moda joven

Luego de la situación dada durante la Segunda Guerra Mundial, la sociedad en los años cincuenta entró en una era de consumo de masas. Como había sucedido en la Primera Guerra cuando las mujeres se vieron en la posición de ocupar los puestos de trabajos dejados por los hombres, en este caso, se sumaron los adolescentes para cubrir aquellos espacios dejados por sus padres. Teniendo estos, por primera vez, poder adquisitivo, e iniciando su largo camino hacia la independencia no sólo económica sino de identidad totalmente separada de aquella que los adultos les impusieron durante siglos. Será justamente a mediados del siglo XX cuando ocurra la gran división en la moda: moda adulta y moda juvenil. Con materiales, formas y colores especiales para cada una; y por primera vez dando paso a una indumentaria consciente de la dinámica adolescente.

·     MODA ADULTA
En lo que respecta a la alta costura y la nueva rama de ropa de confección el Prêt – à – Porter, fue Christian Dior quien avivó la llama en las mujeres, y especialmente las parisinas. En febrero de 1947, su primera colección determinó el rumbo que tomaría la vestimenta de las mujeres adultas en los años `50. Se caracterizó por tener un estilo nostálgico y elegante, con hombros redondeados, busto en punta y realzado, cintura entallada y diminuta, falda larga y acampanada, acompañado siempre con sombrero, guantes y zapatos de taco alto. Durante esta década Dior presentó varias colecciones en cada temporada, cada una con una línea que la caracterizaba y moldeaba no sólo la figura femenina sino la silueta de la década, entre estas se destacan las líneas H, A, Y.
Otro gran diseñador contemporáneo fue Cristóbal Balenciaga. Sus diseños tenían líneas creativas. Con un original espacio extra entre la prenda y el cuerpo, colores exquisitos, cada uno una obra de arte, lo que le valió a Balenciaga el título del “maestro” de la alta costura.

Diseño Jaques Fath 1950s

·     MODA JOVEN
La década de 1950 marcaría uno de los hitos en la historia de la música, uno que tendría una influencia ineludible para la totalidad de la gente joven, proporcionando sonidos y a través de sus representantes, una imagen que los definiría para siempre: la aparición del ROCK AND ROLL, que reinventaría la cultura popular. A esta nueva corriente se sumaría la otra gran fuerza del siglo XX, el cine, presentando en la gran pantalla, estrellas jóvenes que personificaban la vivaz apariencia de la nueva juventud y a la vez ponían de manifiesto las inquietudes, los impulsos y las preocupaciones de los adolescentes del momento.
Esto es captado, inmediatamente por el cine en películas como, “Los 400 golpes”, de Truffaut, que acusa a la sociedad de los golpes de incomprensión, asestados sobre los jóvenes; “Semilla de maldad” , “El Salvaje” y “Rebelde sin causa” que convierten, estas dos últimas, a Marlon Brando y James Dean respectivamente en ídolos de la juventud del '50.
La rebeldía y la incomprensión no sólo son patrimonio de los jóvenes marginados, sino que embanderaba a toda la juventud de la década que una vez superada la crisis económica de posguerra, se encuentra por primera vez con dinero y con nada que le sea propio: ni música, ni ropa, ni clubes, ni identidad.

Tenían que compartir su mundo con el de los adultos. Pero el mercado admitió que los adolescentes se habían convertido en unidades comerciales independientes, con gustos y necesidades diferentes, y empezaron a ofrecerles cosas: prendas de vestir que los identificaran como los jeans, remeras, camperas; las motocicletas, bebidas y música. El rock and roll marcaría la época, y Elvis Presley lo convertiría en un fenómeno mundial.
Especialmente los varones serían mejor representados. Leyendas del cine y la música como Elvis y James Dean serían los responsables de la nueva apariencia, forma de vestirse y actitudes de los jóvenes. El primero es conocido como el Rey del rock, impuso un estilo de fusión de sonidos y movimientos provocativos que alteró por completo a la conservadora sociedad norteamericana e hizo delirar a los jóvenes, mientras que el segundo, es recordado como una de las grandes estrellas de su generación. Un actor de inmenso talento cuya prematura muerte le proporcionó un lugar en la mitología del cine. Entre ambos construyeron la imagen del muchacho típico de los '50s: remera blanca de algodón con mangas cortas, campera corta, recta de cuero negro y la pieza más importante de aquí en adelante en el vestir popular: el JEAN.




1947 – Christian Dior y el "New Look"

Tras la liberación de París por las fuerzas aliadas en junio de 1944, la industria de la moda parisina re emprendió su actividad de inmediato.  La Alta Costura comenzó a exhibir nuevamente sus colecciones, y nuevos diseñadores como Jacques Fath y Pierre Balmain hicieron su aparición. En 1945, la Chambre Syndical de la Couture Parisien proyectó el "Théâtre de la Mode" (Teatro de la Moda), una exposición de maniquíes en miniatura, de 70cm de alto, vestidos con trajes de alta costura procedentes de las nuevas colecciones. La exposición, cuyo objetivo era mostrar al mundo la extensión de la cultura y creatividad francesas aplicadas a la moda, cumplió las expectativas a lo largo de una gira que recorrió nueve ciudades de todo el mundo en un año.
Sería en 1947 cuando Christian Dior lanzaría su primera colección, conocida como NEW LOOK (NUEVA APARIENCIA), con la que ejercería una gran influencia en el mundo de la moda. Teniendo como resultado la recuperación de la predominancia de la alta costura, superando incluso a la del periodo anterior.
Con los racionamientos en plena vigencia, Dior tuvo la audacia de proponer una mujer con medias de seda, tejidos nobles y faldas de vuelo (nada menos que 20 metros de tela) en un país con más de tres millones de huelguistas, colapsado por el paro y la escasez de recursos. Una moda políticamente incorrecta que indignó a muchos, pero que acabó conquistando a todas. Dior calificó de "horrible" la moda que había imperado durante mayor parte de la década de 1940, y la renovó usando el lujo como herramienta. Una de sus faldas causó un particular escándalo, ya que de ella se podían hacer diez vestidos.

Aunque para la mayoría de las personas se trataba de un esfuerzo poco o nada práctico, para Edna Woolman Chase, directora de la revista Vogue: "Los trajes de Dior, fáciles de llevar, daban a la mujer la sensación de que vestían ropas encantadas". Se trataba de vestidos cuyo origen se remontaba a la Belle Epoque, con sus guantes y enaguas y que, realmente necesitaban un corsé para conseguir la forma deseada. El New Look se caracterizó por hombros redondeados, busto en punta, cintura muy estrecha (conocida como cintura de avispa), y faldas de gran amplitud. Dior encontró la silueta y la línea que regiría con plena potencia la década de 1950.

Vestido BAR - Christian Dior  - 1947 - Línea Corola

Segunda Guerra Mundial 1939 – 1945

Fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia mundial, en el que se enfrentaron las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Fuerzas armadas de más de 70 países participaron en combates aéreos, navales y terrestres. La guerra se inició el 1 de septiembre de 1939, y terminó oficialmente el 2 de septiembre de 1945.
 El inicio del conflicto causó un importante perjuicio al mundo de la moda parisino. Muchas casas de moda se vieron obligadas a cerrar y los pocos que quedaron sufrieron la escasez de materiales y la desaparición de clientes. La intención de los alemanes era transferir toda la industria de moda de París a Berlín o Viena. Esta industria se encontraba bajo gran presión en París, y Lucien Lelong, presidente de la Cámara Sindical de la Costura Parisina realizó grandes esfuerzos para mantener el estatus quo durante la ocupación alemana. En 1940 entró en vigencia la orden de "limitación de suministros". Ésta regulaba la cantidad de tejido que se podía utilizar en la confección textil, por lo que, por ejemplo, no se podía usar más de 4 metros de material para un abrigo. Eran necesarios cupones para la compra de rayón (seda artificial)  uno de los pocos materiales disponibles durante este periodo,  dado que la seda natural se utilizaba en el ejército para la confección de paracaídas. Muchas personas debieron conformarse con los arreglos caseros de prendas que ya tenían.
 En Inglaterra, la Cámara de Comercio Británica le encargo a la Incorporated Society of London Fashion Designers (Sociedad Británica de Diseñadores de Moda Londinense) que creara una gama de prendas prototipo que se ajustara a los requerimientos del Esquema de Ropa Utilitaria, obligatorio desde 1941, creando de esta forma el TRAJE UTILITARIO. Se seleccionaron 32 tipos de ropa diseñadas por Edward Molyneux, Hardy Amies, y Normal Hartnell, entre otros, que fueron producidas masivamente. Estados Unidos entró en la guerra en 1941 y un año después la Junta de Producción de Guerra Americana emitió la Orden de Limitación General L-85, que regulaba la indumentaria con precisión, haciendo hincapié en la conservación de material. Se impuso el uso de falda recta y lisa, sin pliegues, quedando prohibida cualquier otra variante.

La Segunda Guerra propugnó una austeridad que se percibiría después del conflicto. El único alivio ante tanto color sobrio como el gris y el caqui, llegaría de la mano de Hollywood, incrementando la influencia de los Estados Unidos en Europa. Una vez más, los trabajos confiados a mujeres cambiaron aspectos dominantes y complementarios. Durante la guerra, se les pidió a las mujeres que colaboraran en todo, desde la producción de armamento y el montaje de aviones, hasta ocupar en las empresas, puestos de responsabilidad, que nunca antes habían tenido, en ausencia de los hombres. El papel de la mujer en la sociedad había cambiado.


1930s La gran depresión económica

Los brillantes años '20, terminaron en el desastre financiero de 1929. La depresión económica subsiguiente trajo en Estados Unidos, para muchas personas que habían vivido en la abundancia, una cantidad de disturbios y penurias. También en Inglaterra se vivían problemas parecidos, en un decenio caracterizado por las marchas de hambre, las colas por la ayuda social y el desánimo generalizado. En Europa se extendían los gobiernos de fuerte nacionalismo con tintes totalitarios. En nuestro país, se desarrollaron los acontecimientos de la Semana Trágica. La década culminaría con los estallidos de la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Es lógico que la gente buscara solaz en el ambiente escapista del cine, donde el mundo creado en la pantalla solía incluir un final feliz. En aquellos años tan duros, Hollywood se encargaba de fabricar sueños para la gente con comedias de "teléfonos blancos" y musicales. Paralelamente, el cine argentino, era enormemente consumido en los países de habla hispana. En resumen, el cine se constituyó en una fuerza poderosa por su potencial propagandístico y de sensibilización, recibiendo rápidamente el apoyo oficial, tanto por el gobierno fascista de Mussolini como en la Unión Soviética.
El cine influía también en el mundo de la moda y la belleza, por lo que el estilo de los años ´30 se volvió mágico y superficial. Las prendas adquirieron un aspecto suntuoso. Cortada al bies, la ropa de noche poseía una fluidez que resultaba perfecta para las luces y el movimiento del cine.
Por otro lado, para el día, la ropa comienza a ser mucho más práctica. La silueta vuelve a cambiar, retornando la cintura a su posición anatómica, marcando el talle y ensanchándose los hombros. Se populariza el traje de chaqueta para calle y se eligen para fiesta los vestidos con grandes escotes en la espalda así como abrigos largos con pieles. Los sombreros desaparecen y se vuelve a dejar crecer el cabello. En EEUU comienza la fabricación en serie de modelos comprados en París.
Entre los diseñadores y particularmente las diseñadoras de moda de la década, será Madeleine Vionnet, quien se destaque. Considerada una arquitecta de la moda, su técnica de corte al bies, armado mediante recortes, paneles y recogidos tenían un soberbio sentido de la amplia gama de estudiados diseños, entre ellos, el mencionado corte al bies, el corte circular, el corte con una incisión o inserción triangular (godet), el escote halter y el cuello tipo cogulla.

Elsa Schiaparelli, funda una casa de modas notable por su relación con las vanguardias de la época. Aprovechando su amistad con Jean Cocteau y prominentes figuras del Surrealismo como Dalí, fundamenta sus ingeniosas ideas en los principios de ese movimiento, como el sombrero "zapato" y los vestidos y sweaters con trompe-l'oeil. Inventora del  “shocking pink" (rosa intenso), tono actualmente conocido como magenta o fucsia), creo el perfume con el mismo nombre que se vendía en una botella fabricada con la silueta de Mae West. Otros grandes diseñadores del momento fueron Madame Alix Gres, Edouard Molyneux y Mainbocher.


1920s La década en qué todo cambió

Tras la inmensa matanza de hombres jóvenes producida en la Primera Guerra Mundial, los sentimientos de inutilidad y aflicción cedieron ante el conocimiento de que la juventud debía aprovecharse al máximo. La vida parecía haberse acelerado gracias al automóvil y los vibrantes sonidos del jazz, el charleston y el tango que hicieron surgir un apasionado gusto por el baile. Además de la introducción del bronceado y la natación para embellecer el cuerpo y desarrollar mayor agilidad. Regían nuevas reglas entre la clase dominante de nuevos ricos junto con la conocida clase alta, la mezcla de conceptos vanguardistas con los tradicionales. Dada la dinámica energía de la época, el ciclo de cambios de moda se hizo más breve.
La imagen femenina cambió de forma significativa a consecuencia de la guerra. Los peinados dejaron de ser complicados recogidos y pasaron a ser un corte suelto. El largo de la falda se acortó desde el tobillo a la rodilla. Como las mujeres preferían un estilo más juvenil y esbelto, empezaron a lucir como muchachos, bautizando este estilo de cuerpo magro, sin curvas y cabello corto como  a la Garçonne. Esta nueva mujer cursaba estudios superiores, ejercía una profesión y disfrutaba de relaciones románticas sin vacilar. Llevó a la sociedad hacia nuevas costumbres, como conducir, fumar, hacer ejercicio y beber alcohol.
El andrógino estilo "a lo varón", que rechazaba cualquier realce de busto o cintura, logró un reconocimiento general en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París en 1925, que dio nombre  al estilo de la década, el Art Deco. El peinado corto, con ajustado sombrero campana, y vestido suelto, recto, con talle a la cadera y falda a la rodilla, caracterizó el estilo Garçonne. La extremada simplicidad del traje se complementaba con adornos de bordados con lentejuelas, mostacillas o flecos de canutillos, boa de plumas y variada joyería.
Quizás el cambio más relevante se dio en la ropa interior; las nuevas modas, sacaron a las mujeres de la cárcel del corsé, aportando una liberación física desconocida desde hacía siglos. Dando paso a una variante de dos piezas consistente en sujetador para el busto y calzón corto, además camisola o enagua corta y recta, y medias color piel; el maquillaje incluía labios carmín, polvos blancos y rubor; las cejas se depilaban hasta conseguir una línea fina, y se acentuaban los ojos con un delineado de trazo grueso a base de kohl para complementar la imagen deseada.





1920s: el reinado de Cocó Chanel

 Gabrielle "Cocó" Chanel tuvo un papel decisivo en el nuevo aspecto de la moda femenina de la década. Diseñó ropa cómoda, de líneas simples y apariencia elegante, con una innovadora combinación de género de punto y formas que tomó prestadas de la indumentaria masculina. Después de causar sensación con el pequeño vestidito negro de jersey, pieza básica e indispensable, diseñó conjuntos de chaquetas de punto, pantalones marineros, vestidos pantalón para playa llamados "piyamas de playa". Otra de sus contribuciones a la moda fue la idea de la bijouterie, o joyería de fantasía, que podía reemplazar o mezclarse con piezas auténticas.
Fue la encarnación perfecta de la garçonne, como mujer independiente, Chanel creo toda una nueva ética del vestir y propuso un estilo para aquellas mujeres que estaban dispuestas a vivir su propia vida de forma activa.
 En los años veinte la relación entre arte y moda se estrechó de una forma sin precedentes. Los diseñadores formaban equipo con artistas para hallar nuevas fuentes de inspiración. Los nuevos movimientos artísticos como el Surrealismo, el Futurismo y el Art Deco propusieron que todo el entorno de la persona, incluyendo la indumentaria, deberían estar en armonía, como una única manifestación artística. Dando paso a una serie de elementos de gran belleza y maestría en la elaboración.
Sin embargo, la Gran depresión que inicia con el Crack de la Bolsa de Nueva York en 1929, puso fin a gran parte de la prosperidad de posguerra de la que se pudo disfrutar en los vibrantes años veinte. Muchos de los acaudalados clientes de la alta costura perdieron sus bienes de la noche a la mañana y las calles se llenaron de gente sin hogar. Las clases medias que sobrevivieron al desastre se interesaron mucho más por la confección casera.
 Coco Chanel, 1924-1926 The Metropolitan Museum of Art, New York

La Primera Guerra Mundial 1914 – 1918


Originado en Europa, por la rivalidad entre potencias imperialistas, se transformó en el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue en su momento el conflicto más sangriento de la historia. El evento detonante fue el asesinato del archiduque Franz Ferdinand, heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, en Sarajevo, el 28 de junio de 1914 a manos de un joven estudiante nacionalista. La guerra cambió la vida de todos, ya que muy pocos no sufrieron el dolor de alguna pérdida familiar o de afectos.
Los grandes cambios sociales fueron súbitos y una vez superado el conflicto fue imposible imaginar que las cosas volvieran a ser como antes. La mayoría de los hombres europeos entre 18 y 50 años y posteriormente, los americanos, se enlistaron en el ejército para combatir en los frentes, dejando libres sus puestos de trabajo, algunos de los cuales debieron ser ocupados por mujeres. Antes de la guerra, los intereses femeninos se concentraban en el hogar, pero la incursión en otras tareas, sumada a la causa sufragista, ampliaban repentinamente sus perspectivas. Terminada la guerra muchas se negaron a regresar a ser "amas de casa". Esta situación da pie a una demanda por prendas más ágiles y cómodas que se adaptaran a la nueva realidad y al ánimo predominante.
La imagen y silueta femenina comenzaría un camino de reformulación. Dándose en un principio modificaciones de largos de falda, materiales y adornos.
Como primera instancia, el largo de las faldas de los vestidos y especialmente las que conformaban el traje sastre, pieza esencial para el trabajo, adoptan una extensión menor. Llegando hasta los tobillos, para facilitar el caminar y el movimiento. Además se pierde la rigidez en la estructuración de la silueta.
Se le quitan a las prendas todo tipo de exageraciones en los bordados y decoración, dejando como elementos decorativos los botones y algunas cintas, como guardas, o pequeños volados del mismo material que el traje. Los tonos son apagados o neutros, prevaleciendo los verdes, azules, castaños y grises. Con la Primera Guerra Mundial se impuso una vestimenta utilitaria.
Estados Unidos comenzó a trabajar en el desarrollo de algunas fibras fabricadas para la industria bélica que modificaron el comercio textil y la moda, como por ejemplo el rayón (seda artificial). La tecnología comenzó a proporcionar tejidos económicos que requerían pocos cuidados.
Este periodo también habilitó la puesta en práctica de las ideas de Chanel, dado que la sencillez se había convertido en el elemento esencial de la moda. Las mujeres preferían una existencia más activa. Infringidos los códigos de conducta y descartadas las prendas complejas y represivas, la nueva imagen se basa en una vida sana y el cuidado del cuerpo.
Contrario a la fuerte modificación femenina, los hombres sólo cambiaron sus chaquetas por un saco más holgado y ruedos más estrechos en los pantalones que permitían mayor libertad de movimiento.


1915 McCall patterns