Revolución Francesa (1789 – 1795) y Directorio (1795 - 1804)
El
estallido del conflicto político-social cambió por completo el orden
estructurado de Francia como se la conocía hasta el momento, y, a su vez, afectó
a otras naciones europeas. La monarquía absolutista, o Antiguo Régimen como
pasó a ser llamado, había desaparecido y junto con él, sus principales
representantes. A partir
de esto, será la burguesía la protagonista principal de los cambios sociales
que se verán reflejados en la vestimenta.
Tras la
época denominada Régimen del Terror, en 1975 se establece el Directorio como
forma de gobierno adoptada por la Primera República Francesa, que luego, en
1799 sería reemplazado por el Consulado.
El
nuevo dictamen de hechos impone un estilo de textiles más sobrios y simples,
dándole paso a los paños ingleses y a las telas naturales económicas como el
algodón y la muselina. Se prohíbe el uso de la seda natural y los encajes en
cualquiera de sus formas. Se eliminan los excesos en bordados y materiales en
toda la vestimenta. Los colores son de un neto corte clásico, imponiéndose el
blanco, crudo y el tono manteca o crema entre las mujeres. Y los colores
neutros como el azul, verde oscuro, marrón y negro entre los hombres. Los
únicos estampados son a rayas o pequeñas florcitas.
C. 1790 |
C. 1790 |
Sans Culotte |
Con el Directorio llegó la
nueva tendencia hacia los estilos clásicos de la antigüedad grecorromana.
Gradualmente retornaron los lujos al uso cotidiano, siempre bajo esta impronta.
Se abandona por completo todo tipo de armado de falda armada de formas
artificiosas y ésta cae simple desde debajo del busto hasta el piso, copiando
la línea de los trajes griegos.
El nuevo estilo de vestido hizo que el corset se eliminara del uso cotidiano o
bien cambiara su forma, y sobretodo su extensión, quedando sólo un pequeño
corpiño armado que cubre el busto.
El vestido adquiere la forma que
luego sería popularizada como corte Imperio: talle bajo el busto y falda
tubular hasta el piso. Con la variante que la moda Directorio posee una mayor
amplitud. Los cuellos y escotes son variados y las mangas se hacen ajustadas y
largas hasta el puño o cortas acompañadas siempre por guantes.
Se
eliminó por completo todo artificio en al apariencia, cayendo en desuso las
pelucas y la exageración en el maquillaje. La apariencia se inclina hacia un
estilo absolutamente natural y los peinados copian las variantes romanas vistas
en estatuas y esculturas. Se usan como adorno, vinchas o gorras simples, plumas
y sombreros estilo bonete.
El
calzado cambia radicalmente su forma y apariencia. Las mujeres abandonan todo
tipo de zapato con taco, y adoptan las ballerinas con cintas como el estilo de
sandalia romana.
Las
medias ya no son de seda sino de algodón o muselina.
Surgen
los bolsitos de mano conocidos como ridículos o indispensables como necesidad
por la nueva forma del vestido, para poder transportar distintos elementos. El
Bonete o Capota es el estilo de sombrero que acompaña los nuevos peinados
simples. Y será el que se utilizará durante todo el siglo XIX. En la zona del
Río de la Plata (Buenos Aires – Montevideo) el adorno principal, bajo
virreinato español, era la peineta, acompañada de mantilla.
Las
piezas básicas de la indumentaria masculina se mantuvieron pero se quitaron
todos los excesos de pasamanería, adornos y colores chillones correspondientes
al antiguo régimen (la monarquía). De uno de los grupos revolucionarios surge
la alternativa a los calzones a la rodilla; los Sans Culotte (traducción: sin
calzones) adoptan el uso de pantalones al tobillo para diferenciarse de los
pro-monárquicos. El punto medio se halló en los años que siguieron utilizando
una variante de calzón largo por dentro de la caña de la bota.
El chaleco era corto y simple, de
color neutro y la casaca fue cambiada por el FRAC: chaqueta ceñida con doble
pechera que abotona al frente, con corte recto sobre la línea de la cintura y
terminación en colas hacia atrás.
La camisa perdió los volados en
puños y el jabot, dejando un simple cuello alto, y la corbata de lazo, de
colores oscuros.
Los hombres abandonaron por completo
el uso de maquillaje y llevaban el cabello corto con puntas desmechadas. Además
de bigote y barba. Se dejan de usar los zapatos con taco y todo tipo de
elementos decorativos. Se impone el uso de botas de caña alta en cuero marrón o
negro, suela y taco plano cuadrado.
1790s The Costume Institute, Metropolitan Museum of Art |
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