Estudio de la historia social de la moda, los textiles y el diseño. Centro de referencia y consulta permanente para diseñadores, estudiantes, investigadores y todos aquellos interesados.

martes, 1 de noviembre de 2016

La más bellas de las épocas: 1890 - 1914

BELLE EPOQUE 
1890s - 1910s

Un momento marcado por la supremacía de la sociedad occidental acompañada de una gran cantidad de avances tecnológicos y descubrimientos que se sumaron a los de décadas anteriores e iniciaron el camino a los tiempos modernos del siglo XX.
París se convierte en una ciudad brillante donde el nuevo estilo artístico, el Art Nouveau, es aplicado en edificios y objetos. La pintura de impresionistas como Renoir reflejan el “joie de vivre” de la época. Reconocida como una etapa galante imperaba una sensación de hegemonía superior en todos los aspectos.

VESTIMENTA FEMENINA

Para comienzos de 1890 se había abandonado el uso del polisón y una vez más las faldas caerán sobre un simple armado cónico de moda hasta 1895 otorgándole a la mujer una silueta llamada “mujer campana”. Se producirá un regreso a las mangas pata de cordero de 1830, que acompañarán los cuerpos de vestidos, chaquetas y abrigos.
De 1895 al 1900 el ancho de la falda disminuye, dejándola caer simplemente sobre una variedad de enaguas flexibles y continuará decreciendo hasta quedar sobre el contorno de la cadera y las piernas ya entrada la primera década del siglo XX. En lo que respecta a Diseñadores, Worth continua trabajando y se suman Gustave Beer y Jacques Doucet, siempre en Alta Costura. 

C. 1890

C. 1895
Iniciando el siglo XX, la clase alta y la pujante clase media occidental (Europa y América) se ubican en una distinguida posición de superioridad económica, artística y tecnológica. La evolución hacia la modernidad es constante e imparable. Será primero el hundimiento del Titanic, pieza supuestamente perfecta de la ingeniería humana y luego el estallido de la Primera Guerra Mundial, los eventos que pondrían en jaque a esa sociedad ideal y darían inicio a una serie de sucesos desestabilizantes que marcarían a sangre y fuego la evolución de la humanidad en su totalidad.

Durante los primeros años del siglo XX, con mayor velocidad que antes, la silueta femenina avanzará hacia parámetros de libertad y desarrollo conscientes de las formas reales del cuerpo, reflejando siempre el ánimo reinante, pudiendo de esta forma localizar certeramente cada apariencia dentro del marco de cada década, mientras que los hombres, estando comprometidos en el frente de batalla, tendrán modificaciones más lentas en sus estilos y elementos de vestir.
En el 1900, la Belle Epoque marcó la transición estética de fines del siglo XIX a principios del XX. La grandeza del pasado estilizó las formas voluptuosas reflejadas en el Art Nouveau.


VESTIMENTA MASCULINA

No se dieron cambios relevantes en la vestimenta masculina. Siguen utilizando un traje básico de tres piezas (pantalón, saco y chaleco) más camisa.
El pantalón es de corte recto, prendido al frente con botones y sostenido mediante tirantes, el chaleco es corto, terminado recto o en puntas, con o sin solapas, y el saco utilizado variaba entre la levita, el saco con colas (frac) y la ya habitual chaqueta recta o a la americana, sin faldón, de líneas simples y cómodas y bolsillos visibles. La camisa blanca, con cuello almidonado y corbatín de seda.
El calzado base masculino son los zapatos de estilo mocasín o botas. Las medias, blancas, de hilo para el día y negras para la noche.
El rango de colores masculinos era muy reducido, no saliéndose nunca de los neutros (blanco y negro) azul, marrón, grises y verdes, siempre oscuros. Los estampados eran a rayas o cuadrillé, particularmente escocés. Sombrero de copa o bombín, guantes y bastón, completaban la apariencia.

C. 1910s

Vestimenta masculina formal e informal C. 1900s





1900s

El gran énfasis sobre la SILUETA S, que reinó desde el 1900 hasta 1914, obligaba a las mujeres a usar un corset alargado que modelaba el cuerpo desde los hombros hasta los muslos creando una postura artificial y dañina al forzar el desplazamiento de la columna y los órganos internos. Destacando la saliente de la S en la cola, se utilizaba una variante de falda/enagua que enfatizaba la curvatura de la parte posterior.
La vestimenta femenina, además de incluir la elaborada ropa interior, se completaba con las piezas exteriores con la variante agregada a finales del siglo XIX, el traje sastre, es decir, un conjunto de chaqueta y falda en el mismo grupo de materiales y decoración que se unieron a la blusa (la camisa de mujer) para construir una imagen más profesional y moderna, siendo este grupo de prendas una alternativa al clásico vestido.
Las damas de este periodo (de clases dominantes) no trabajaban, ni tenían derecho a voto, ni propiedad. Todo lo relacionado con dinero y organización recaía en la figura masculina de la familia, ya sea padre, esposo, hermano o si no estaba ninguno de estos, un apoderado que se encarga de la pensión y manutención de la familia y la casa.


C. 1903 silueta en "S"

C. 1903 The Museum at FIT

Ropa interior C. 1900

Formas voluptuosas, orientalismo e influencias exóticas

La grandeza del pasado estilizó las formas curvilíneas reflejadas en el Art Nouveau. Entre los textiles, se usaron lanas, sarga, cachemir y pelo de camello y paño fino para abrigos y prendas de calle. También raso y taffeta. Los materiales más populares entre la clase alta (también llamada alta burguesía) era el terciopelo, raso, foulard, damascos, creppe chine y seda natural. Para la ropa interior: lino, muselina algodón fino y poplín. Utilizaban enormes cantidades de encajes de variadas técnicas como decoración, bordados en hilos metálicos y multicolores, además de pasamanería (azabaches, mostacillas y pedrería en general). El rango de colores era muy amplio, tomando los básicos, blanco, negro, azul, rosa claro, gris y rojo, al los que se sumaban variantes como el bordó, verde y marrón.

VESTIMENTA FEMENINA

            La ropa interior siempre fue el elemento clave para crear la silueta exterior. En este periodo, se la conoce como SILUETA en S; las prendas eran: una camisa, sobre la que se colocaba el corsé alargado que modelaba el cuerpo desde los hombros hasta los muslos creando una postura artificial y dañina al formar el desplazamiento de la columna y los órganos internos, luego un cubrecorsé, con agregado de bordados o volados. Los calzones cubrían desde la cintura hasta la rodilla, usualmente adornados de la misma forma. Se usaba una variante de falda/enagua, sobre los calzones para destacar la curvatura de la parte posterior.

 Dentro del creciente grupo de diseñadores de moda, aún se destaca Charles F. Worth, con un estilo muy ornamentado y voluptuoso. Pero la vanguardia en estilo recaerá en un gran artista de la moda: Paul Poiret, quien quedaría en la historia de la indumentaria como el primero en imbuir de un tono artístico y étnico a la apariencia femenina, y por esto, el primero en intentar darle un giro a la silueta femenina concentrando sus mejores trabajos entre 1910 y 1914.
Poiret toma como punto de partida e inspiración influencias geográficas, particularmente Japón a través del kimono y Arabia, plasmando el estilo harem y sultán. De esta manera, él realizó presentaciones de vestidos con un neto corte Directorio/Imperio (que se asemeja a la estructura del kimono teniendo talle alto, bajo el busto), mangas japonesas y liberando de esta forma la rigidez de la cintura y plasmando una silueta más recta, a la que reinaba en el momento.
Además de la fuerte influencia que tuvieron en los estilos parisinos los Ballet Rusos que se presentaron en París entre 1910 y 1914. De estos y de la estructura árabe, Poiret elabora los pantalones harem, la primera variante de falda – pantalón, aunque sólo las mujeres más avanzadas y vanguardistas serían vistos con ellos.

Jacques Doucet C. 1912

Diseño de Paul Poiret, Ilustración de G.Barbier. C. 1913

Paul Poiret C. 1910. MetMuseum

Robe « Eugénie », Paul Poiret, París, 1907






















Romanticismo, surge el primer diseñador

1840s - 1880s

Se conoce como Romanticismo al movimiento artístico y literario que se desarrolló durante la primera mitad del siglo XIX. Surgió como una exaltación del individuo y la naturaleza. Al mismo tiempo se produjo una búsqueda de la identidad colectiva que tuvo como consecuencia la aparición de los nacionalismos.
El romanticismo literario nace en Inglaterra y Alemania, destacándose autores como Wordswroth, Byron y Shelley en Gran Bretaña y Goethe, Schiller y los hermanos en Grimm en Alemania. En Francia estuvo representado por A. de Lamartine, Víctor Hugo, y A. de Musset. En pintura y escultura se destacan los artistas E. Delacroix, J. Constable, W. Turner entre otros. Entre los compositores románticos más representativos se encuentran Beethoven, Mendelssohn, Paganini, Weber, Schubert, Schumann, Chopin y Listz.


Durante este siglo Francia atravesará un complicado proceso político – institucional que hará oscilar al país entre república y monarquía, sucediéndose diversos estallidos sociales, incluida la revolución de 1848, que afectó también a Italia y Alemania.
Por otra parte Inglaterra y el Reino Unido vivirían un nuevo periodo de esplendor logrado por el reinado de Victoria I, impulsado por la Revolución Industrial que se produciría principalmente en ese país y afectaría por completo la forma de vida de toda la población. Época conocida actualmente como la Era Victoriana, término que hace referencia a aspectos políticos, sociales, de conducta y apariencia en general.
En indumentaria se dio un resurgimiento de formas barrocas y del Rococó, haciendo retornar a la vestimenta femenina el uso del corset entero y los armados de falda, que variaron de gran forma a lo largo de todo el siglo, modificando la silueta exterior.
Cabe destacar que en los periodos sucesivos no se marcarán cambios en al apariencia masculina en general por lo que destacaremos aquellas modificaciones en la vestimenta femenina que nos servirán para ubicarnos temporalmente en cada década de forma más certera. 
 Se utilizaron encajes y bordados, gasas, sedas y tules. Tejidos de lana, algodón, paño, terciopelo, brocatos y variedad de pieles.
Tarlatán: paño de la, originario de Escocia, sobre el cual cada combinación de líneas y colores determinaba los distintos clanes. El más popular durante el siglo XIX fue el Balmoral nombrado el castillo favorito de la reina Victoria I dándosele este nombre a una gran cantidad de elementos realizados con este textil. Ej.: Saco Balmoral, Gorra Balmoral, etc. Para los hombres se impone el uso de estampados a rayas y cuadrillé en gamas de colores sobrios.
Los preferidos en fueron los tonos claros, favoreciendo al blanco, y rozados tenues. Aunque el rango de tonalidades vistas abarca morados, verdes, rojos, amarillos y marrones, azules y negros especialmente para abrigos o capas.

VESTIMENTA FEMENINA
            Como se mencionó anteriormente la parte superior del cuerpo del vestido femenino no sufrirá modificaciones que sean de relevancia, lo que sí ocurre con la falda.
En la década de 1850 tendremos la aparición del primer diseñador, conocido como el padre de la Alta Costura, Charles Frederick Worth.
            Nacido en Inglaterra (1825 – 1895), a los 17 años se muda a París y se inicia en el mundo de la indumentaria trabajando en la tienda de los Hermanos Gaguelín, creando para ellos los primeros desfiles de pasarela para mostrarle a las clientas los nuevos modelos. Luego de tres años es echado de la firma y decide establecer su propia casa en la Rue de Paix. En 1858 crea un vestido de baile blanco con flores en color té para la princesa de Meternick (austriaca), de una belleza inigualable y para darle mayor volumen a la falda ideó un armado consistente en aros concéntricos plegables conectados mediante correas o cintas, y forrado en entretela, lo que proporcionaba el ancho deseado sin el peso de la superposición de enaguas. Este nuevo armado de forma circular se llamó CRINOLINA. 
En la década de 1860s será el mismo Worth quien altere su creación, trasladando en énfasis de la decoración en la falda hacia atrás y adaptando la crinolina a una forma ovalada que brinde el soporte necesario para el nuevo estilo. De esta manera se pasó al uso de la CRINOLINA OVALADA.
Para finalmente en 1870s eliminar el uso de armados por un corto lapso, dejando caer la falda sobre el contorno de las piernas y manteniendo el atractivo en la parte posterior.

C. 1850s







Crinolina circa 1850s

C. 1860 Charles F. Worth

C. 1870s


1880s LA DÉCADA DEL POLISÓN

Mientras que en la moda masculina no se hayan cambios, la vestimenta femenina complejiza su estructura en la parte posterior.
A la ya marcada profusión de adornos en la parte trasera, Worth, nuevamente, le agrega una variante de armado, que concentra su forma y soporte en la parte alta de la cola, desde la cintura a la mitad del muslo, dándole el nombre de Polisón o Cul de París: un armazón metálico o de relleno, que sujeta en la cintura. Sobre este se disponía la falda con su respectiva sobrefalda drapeada y con recogidos, que junto con el extremo entalle de cintura y la disposición del busto hacia delante logra una silueta conocida como silueta en S.
La falda terminaba en una cola que arrastra por el piso con el nombre de barredora.
El traje en sí consiste en vestido, o la combinación de blusa, chaqueta y falda. La parte superior del cuerpo se moldea mediante corselete o faja emballenada.
Entre los sombreros se suma el de estilo postillón, con ala ancha elevada en el lateral y decorado con plumas de avestruz y moños.

C. 1880s

Polisón plegable

Polisón plegable C. 1880s

Prendas interiores C. 1880s

C. 1880s






Retorno a las grandes formas: Moda Burguesa

1820s y 1830s

El siglo XIX se caracterizará por un gran despegue económico, que se esboza desde el año 1800, cuando se inicia la época del capital y de la maquinaria.
 Con la introducción de las grandes máquinas que mejoran la producción, existe, al principio, un choque entre el trabajo artesanal y la industrialización. Además, la producción se dirige a un público más vasto y éste se contenta, muchas veces, con imitaciones, en lugar de buscar cosas de calidad. Por ello, todo el siglo XIX presenta una tendencia a imitar estilos.
Ya el Neoclasicismo contiene, en germen, esta tendencia de imitar estilos.
Se había comenzado por copiar el arte romano de la Antigüedad; con Napoleón, el movimiento prosigue y se le añade el arte egipcio.

Alrededor de 1820 se inicia una reacción contra el estilo Imperio y su imitación de la Antigüedad Clásica y egipcia y la atención se vuelve hacia períodos tan diametralmente opuestos como sea posible. Inglaterra escoge el gótico y el resto de Europa, el Rococó.
En Alemania, este estilo lleva el nombre de BIEDERMEIER, simpática caricatura que aparecía en los periódicos con el nombre de Papa Biedermeier, y que representaba a la burguesía alemana.

C. 1820

C. 1823

C. 1826

C. 1828




















VESTIMENTA FEMENINA

El traje femenino retoma la cintura en su lugar y se introduce, nuevamente, el uso del corsé.
La falda comienza a adquirir amplitud, al principio, moderadamente, después los pliegues dejan de concentrarse detrás y se reparten alrededor de todo el talle.
Para completar el efecto, la blusa, aparece con un amplio alzacuello que, a modo de manteleta o fichú, ensancha los hombros. En un primer momento se usan mangas “farol” o “jamón”, luego se hinchan desmesuradamente a la altura de los hombros hasta llegar a los codos y, desde allí hasta la muñeca, se angostan bruscamente.

Los vestidos de adornan con volantes y rouches, dispuestos en línea horizontal y formando varias hileras. Otros son de encaje de todo tipo y calidad.
El encaje se usa, especialmente, para cubrir los escotes, en forma de alzacuello. Para armar la falda se usan entre siete y ocho enaguas.

Los chales de forma rectangular, completan el atuendo, y en la cabeza, en Europa y EE.UU., pero no en España ni en el Río de la Plata, se usan las capotas, generalmente de paja, adornadas con cintas y flores. En España la capota es reemplazada por el uso de la peineta, y por el peinetón en el Río de la Plata. El busto abultado, las mangas amplias, la cintura ceñida y en su lugar, y las faldas amplias, hacen una silueta llamada de ampolleta o de reloj de arena.


VESTIMENTA MASCULINA
            La silueta masculina, adopta también, nuevas formas. A partir de este período se verá que, si bien el traje moderno ha encontrado su fórmula: pantalón, chaleco, chaqueta, su línea se ve sujeta a múltiples variaciones.
            La silueta del hombre, en esta época, adopta una leve nota femenina.
            La parte superior del pantalón es tan ancha que acentúa las caderas. La chaqueta, el frac y el sobretodo son muy ajustados y con mangas farol. El cuello vuelto  o esclavina o el largo cuello con solapas, redondean los hombros. Si el corte de la ropa no es suficiente para dar al talle la finura precisa, el hombre usa un verdadero corsé (faja vasca) que también le procura un talle ceñido. El sombrero de copa se usa en todas las ocasiones, excepto en el traje de corte que se utiliza el.
El hombre usa patillas y cabello arreglado en tirabuzones, correspondiéndose don el tocado femenino, ondulado sobre las sienes. El aseo personal y el cambio de ropa interior, se hizo más natural y frecuente.

            Los trajes infantiles reproducen la silueta en reloj de arena de los mayores. Los niños llevan una especie de vestido encima de los pantalones y el traje de las niñas es unja fiel reproducción del de la madre, con sus incontables enaguas, hombros caídos y las grandes mangas ensanchadas hasta el codo.


C. 1820 a 1836

C. 1830s

Primer Imperio francés

IMPERIO - 1804 - 1820
                                                
           
Con Napoleón, y a comienzos de 1800, crece en todo el mundo occidental, un amor por los romanos clásicos, que se convierten en modelos para la vida diaria. En París se erige un Arco de Triunfo a la manera romana, se edifica la Iglesia de la Magdalena, copiando un templo griego de la antigüedad clásica. En 1804 Napoleón se corona Emperador. Después de su campaña a Egipto, en el arte, la arquitectura y el mobiliario, comienzan a mezclarse motivos decorativos de esta civilización.

Napoleón Bonaparte


VESTIMENTA FEMENINA

El traje de corte lleva mangas abullonadas y la poca amplitud que tiene se lleva hacia atrás a modo de cola. Napoleón prohíbe el uso de las ligeras telas de algodón y vuelve a impulsar la industria de la seda. Es el auge de los tejidos pesados y brillantes como el raso.
Más tarde el traje de Corte no lleva cola sino que la adosa al vestido como una prenda distinta, muy larga, de color contrastante y de tela diferente a la del vestido, ricamente bordada y se lleva fija a la altura de debajo del busto. El talle se fija justo bajo el busto.Estos vestidos se acompañan con el chal que se usa de múltiples formas para destacar la elegancia, pero, generalmente más como un adorno que como un abrigo.
Como prenda de abrigo se una el redingote o la chaqueta Spencer de mangas largas.
Cuando el vestido se hace más recto y estrecho, el chal es reemplazado por una pequeña pañoleta triangular que cubre el escote.
Se usan las mangas cortas y los brazos desnudos se cubren con guantes largos. Luego aparece la manga corta y estrecha que parte de la abullonada y puede ser fija o una pieza parte, suelta.
Los vestidos más angostos se adornan con volantes, guirnaldas de flores bordadas, fruncidos aplicados (rouches), adornos en relieve de la misma tela, cosidos.
Al término del período el ruedo llega al tobillo y el escote es bote.
Se usan los sombreros pequeños, los turbantes y las capotas.

C. 1800

C. 1810 Victoria&Albert Museum

VESTIMENTA MASCULINA

Paulatinamente, el calzón de cuero de ante, las botas de montar, las calzas de punto, ceden paso al pantalón tal cual lo conocemos hoy. El calzón se usa para el traje de Corte.
Las solapas del frac se reducen y se hace más entallado. Se acompaña con chaleco, camisa blanca y corbata. Medias blancas y escarpines (zapatos chatos). Sombrero de copa.

Símbolo de la elegancia masculina es Lord George Bryan Brummel, árbitro de la sociedad.  Enseñó el arte de anudar la corbata, la sobriedad, el uso del color negro y que la elegancia no está en el adorno sino en el corte de la ropa. Decía que en un buen guardarropas masculino, el número de chalecos debía duplicar el número de chaquetas y éste, ser triplicado por el número de corbata.

1801, retrato de Paulin Guérin. 

C. 1805 - 1815

El estilo impuesto bajo el imperio napoleónico cruzó el Atlántico y se impuso en todo el continente americano.
La moda imperio es la correcta imagen de las damas durante la Revolución de mayo de 1810 y la declaración de Independencia en 1816.

El ensayo del Himno Nacional en la sala de la casa de María Sánchez de Thompson. Pedro de Subercaseaux. Óleo sobre tela. Colección MHN



Tiempos de cambio: 1789 - 1800

Revolución Francesa (1789 – 1795) y Directorio (1795 - 1804)

El estallido del conflicto político-social cambió por completo el orden estructurado de Francia como se la conocía hasta el momento, y, a su vez, afectó a otras naciones europeas. La monarquía absolutista, o Antiguo Régimen como pasó a ser llamado, había desaparecido y junto con él, sus principales representantes. A partir de esto, será la burguesía la protagonista principal de los cambios sociales que se verán reflejados en la vestimenta.
Tras la época denominada Régimen del Terror, en 1975 se establece el Directorio como forma de gobierno adoptada por la Primera República Francesa, que luego, en 1799 sería reemplazado por el Consulado.
El nuevo dictamen de hechos impone un estilo de textiles más sobrios y simples, dándole paso a los paños ingleses y a las telas naturales económicas como el algodón y la muselina. Se prohíbe el uso de la seda natural y los encajes en cualquiera de sus formas. Se eliminan los excesos en bordados y materiales en toda la vestimenta. Los colores son de un neto corte clásico, imponiéndose el blanco, crudo y el tono manteca o crema entre las mujeres. Y los colores neutros como el azul, verde oscuro, marrón y negro entre los hombres. Los únicos estampados son a rayas o pequeñas florcitas.
C. 1790

C. 1790

Sans Culotte
Con el Directorio llegó la nueva tendencia hacia los estilos clásicos de la antigüedad grecorromana. Gradualmente retornaron los lujos al uso cotidiano, siempre bajo esta impronta. Se abandona por completo todo tipo de armado de falda armada de formas artificiosas y ésta cae simple desde debajo del busto hasta el piso, copiando la línea de los trajes griegos. 
El nuevo estilo de vestido hizo que el corset se eliminara del uso cotidiano o bien cambiara su forma, y sobretodo su extensión, quedando sólo un pequeño corpiño armado que cubre el busto.
El vestido adquiere la forma que luego sería popularizada como corte Imperio: talle bajo el busto y falda tubular hasta el piso. Con la variante que la moda Directorio posee una mayor amplitud. Los cuellos y escotes son variados y las mangas se hacen ajustadas y largas hasta el puño o cortas acompañadas siempre por guantes.
            Se eliminó por completo todo artificio en al apariencia, cayendo en desuso las pelucas y la exageración en el maquillaje. La apariencia se inclina hacia un estilo absolutamente natural y los peinados copian las variantes romanas vistas en estatuas y esculturas. Se usan como adorno, vinchas o gorras simples, plumas y sombreros estilo bonete.
El calzado cambia radicalmente su forma y apariencia. Las mujeres abandonan todo tipo de zapato con taco, y adoptan las ballerinas con cintas como el estilo de sandalia romana.
Las medias ya no son de seda sino de algodón o muselina.      
Surgen los bolsitos de mano conocidos como ridículos o indispensables como necesidad por la nueva forma del vestido, para poder transportar distintos elementos. El Bonete o Capota es el estilo de sombrero que acompaña los nuevos peinados simples. Y será el que se utilizará durante todo el siglo XIX. En la zona del Río de la Plata (Buenos Aires – Montevideo) el adorno principal, bajo virreinato español, era la peineta, acompañada de mantilla.

Las piezas básicas de la indumentaria masculina se mantuvieron pero se quitaron todos los excesos de pasamanería, adornos y colores chillones correspondientes al antiguo régimen (la monarquía). De uno de los grupos revolucionarios surge la alternativa a los calzones a la rodilla; los Sans Culotte (traducción: sin calzones) adoptan el uso de pantalones al tobillo para diferenciarse de los pro-monárquicos. El punto medio se halló en los años que siguieron utilizando una variante de calzón largo por dentro de la caña de la bota.
El chaleco era corto y simple, de color neutro y la casaca fue cambiada por el FRAC: chaqueta ceñida con doble pechera que abotona al frente, con corte recto sobre la línea de la cintura y terminación en colas hacia atrás.
La camisa perdió los volados en puños y el jabot, dejando un simple cuello alto, y la corbata de lazo, de colores oscuros.
Los hombres abandonaron por completo el uso de maquillaje y llevaban el cabello corto con puntas desmechadas. Además de bigote y barba. Se dejan de usar los zapatos con taco y todo tipo de elementos decorativos. Se impone el uso de botas de caña alta en cuero marrón o negro, suela y taco plano cuadrado.


1790s  The Costume Institute,  Metropolitan Museum of Art


Luis XVI, María Antonieta, Grecia y Roma: el Neoclásico

1770 - 1789

El reinado de Luis XVI (1774 – 1789)  fue bastante corto hasta el momento en que estalla la Revolución Francesa y pone fin al estilo de gobierno monárquico absolutista en todos los sentidos.
Para este momento Francia se encuentra jaqueada por Europa que buscaba disminuir el crecimiento francés que había iniciado Luis XIV.
Luis XVI reina en una etapa que coincide con los replanteos de la existencia de la monarquía y del rey como representante de Dios. Surge el Iluminismo, acompañado de un fuerte retorno a las ideas y concepciones de la Grecia y Roma clásicas, tales como la democracia, la república y el senado. De aquí el nombre que abarca el periodo de 1770 a 1804 conocido como NEOCLÁSICO. Junto con Luis XVI, el personaje de mayor renombre en esta etapa fue su esposa la reina María Antonieta de origen austríaco. Llevando al límite la separación entre la monarquía y el pueblo, ambos mueren en la guillotina, ella en 1792 y él en 1793.
            Se usan seda chinée, seda natural, algodón, muselina, brocados y terciopelos. Pieles, encajes y puntillas. Estampados pintados a mano, bordados en hilos de oro y plata. Tonos pasteles para el estilo campestre impuesto por María Antonieta y colores más fuertes para la corte.
En el periodo de 1760 a 1789 se observa una proliferación de las formas barrocas y del Rococó y una gran exageración en los tamaños de las pelucas y los trajes, principalmente femeninos.

VESTIMENTA FEMENINA

La ropa interior no sufre modificaciones y se sigue utilizando el corset y panier para darle forma a la silueta. El cuerpo de los vestidos no cambian y las variantes más importantes se dan la forma de armar la sobrefalda.
Todos tenían cuerpo ajustado, escote y mangas al codo pero las faldas variaban en el método de drapeo y decoración de la tela

Robe à la Polonaise: la falda se armaba mediante cordones internos para crear tres particiones drapeadas de material, usado sobre paniers y otras variaciones.

Robe à la Circasianna: falda dividida en escotaduras armadas mediante el mecanismo de cortina romana.

Robe à la Anglaise: (Vestido a la inglesa – Vestido Redingote) La influencia inglesa en la vestimenta masculina tiene su repercusión en los vestidos femeninos en este estilo de traje que tiene un cuerpo como chaqueta masculina con solapa y prendedura cruzada.
La parte del pecho se exageraba mediante un fichu que creaba un pecho buche de paloma.
El uso de pelucas armadas adquirió tamaños extravagantemente altos, logrados gracias al uso de postizos y almohadillas de relleno. Se mantenía la tendencia de Luis XV de empolvar el cabello y las pelucas. Lo mismo ocurría con el maquillaje.

Respecto al calzado, no tuvo variantes, de lo que se utilizó en el periodo anterior. Como accesorios, las mujeres llevaron: abanicos, parasoles, guantes, joyería, hebillas.


C. 1770s The Costume Institutte, MetMuseum

VESTIMENTA MASCULINA

Era principalmente el Habit a la française (calzones, chaleco y casaca), que se reducen en tamaño y todas las piezas se ciñen sobre el cuerpo. La casaca tiene una marcada reducción en su forma iniciando el formato de chaqueta que se conocerá como FRAC, y se utilizará durante todo el siglo XIX. No hay mayores modificaciones. Siguen vigentes las mismas reglas de etiqueta que en los periodos anteriores: taco rojo, medias de seda blancas. 
En cuanto al peinado, tanto las pelucas como el maquillaje se siguen usando de la misma forma que el en periodo anterior, lo mismo ocurre con el calzado: zapatos y botas con taco Luis XV.
Los principales accesorios masculinos continúan siendo la espada, sujeta la cadera. El sombrero de moda es el tricornio, con adornos de plumas. Los guantes se realizaban en cuero trabajados en tonos clásicos.


Victoria&Albert Museum