Hacia los '80 el mundo había alcanzado cierta estabilidad política y
económica. Como consecuencia de la disminución de las manifestaciones de tono
ideológico, se fue abriendo camino la intención del crecimiento económico y
principalmente la obtención de dinero y los elementos para ostentarlo.
La lucha de las mujeres se centró en
la igualdad de derechos laborales y de poder, especialmente en el mundo
corporativo de negocios. Estas nuevas profesionales independientes requerían de
una apariencia acorde, y de la mano de genios del diseño y la sastrería como
Donna Karan, Thierry Mugler y Giorgio Armani, hace su aparición el Power Suit
(Traje de Poder), caracterizado por el trajecito o tailleur: un blazer largo y
ancho con hombreras, que daba más volumen, una falda estrecha hasta las
rodillas y un par de zapatos clásicos de taco alto. La falda podía sustituirse
por pantalones pinzados o palazzo. Por algún tiempo, los bermudas también
fueron aceptados como parte de este conjunto. Se completaba con elegantes
blusas o sweaters. Los vestidos eran de telas delicadas y siempre provistas de
hombreras. Como toque final se usaba un abrigo ancho o gabán. Esta apariencia
formal quedó perfectamente plasmada en la película Secretaria Ejecutiva (Working Girl) de 1988, protagonizada por
Melanie Griffith, Harrison Ford y Sigourney Weaver. Esta apariencia contenía la
sobriedad suficiente como para competir con el hombre y el atractivo y
sensualidad necesarias para ganarle en su propio terreno. De este ámbito, surge
también el personaje conocido como Yuppie - Young Urban Professional; es decir
el prototipo del joven profesional urbano con alto poder adquisitivo y un gusto
particular por la vestimenta y accesorios que lo demostraran.
La década de 1980 será
recordada por la exageración de formas y el recargo en colores, texturas y
complementos, dando una apariencia sobresaturada de elementos y formas
gigantescas desde la ropa de calle hasta la deportiva, cuyo mercado inició con
el jogging y los aeróbicos, su camino hacia el desarrollo y consumo entre todas
las edades. El casual-sport, sería el resumen de esa mezcla excesiva utilizada
para toda ocasión.
Dejarán su marca grandes diseñadores como Gianni Versace, Jean Paul
Gaultier, Gucci, Prada y Christian Lacroix, entre otros. Karl Lagerfeld sería
el artífice del resurgimiento de la casa Chanel.
La música, el cine, y
sobre todo la televisión no se mantendrían al margen, y serían fuentes
constantes de ídolos a quienes imitar para todas las edades. Desde la series
como Dinastía y Dallas o División Miami (Miami Vice), estrellas como Madonna y
Michael Jackson y films como Flashdance entre otros, marcarían a fuego
los estilos de la década.
Desde Londres y de la mano de Vivienne Westwood, el punk, surgido a
finales de los '70, tomaría las calles de Inglaterra y posteriormente los
Estados Unidos, como la manifestación opuesta a las rígidas reglas del capitalismo
y conservadurismo representados por la Primer Ministro británica Margareth
Thatcher y el presidente estadounidense Ronald Reagan.
Vestimenta, accesorios,
colores, formas y materiales, todo apuntaba a la demostración exacerbada de la
presencia.
Revista ELLE, 1989 |
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