Luego de la situación dada durante la Segunda Guerra
Mundial, la sociedad en los años cincuenta entró en una era de consumo de
masas. Como había sucedido en la Primera Guerra cuando las mujeres se vieron en
la posición de ocupar los puestos de trabajos dejados por los hombres, en este
caso, se sumaron los adolescentes para cubrir aquellos espacios dejados por sus
padres. Teniendo estos, por primera vez, poder adquisitivo, e iniciando su
largo camino hacia la independencia no sólo económica sino de identidad
totalmente separada de aquella que los adultos les impusieron durante siglos.
Será justamente a mediados del siglo XX cuando ocurra la gran división en la
moda: moda adulta y moda juvenil. Con materiales, formas y colores especiales
para cada una; y por primera vez dando paso a una indumentaria consciente de la
dinámica adolescente.
· MODA ADULTA
En lo que respecta a la alta costura
y la nueva rama de ropa de confección el Prêt – à – Porter, fue Christian Dior
quien avivó la llama en las mujeres, y especialmente las parisinas. En febrero
de 1947, su primera colección determinó el rumbo que tomaría la vestimenta de
las mujeres adultas en los años `50. Se caracterizó por tener un estilo
nostálgico y elegante, con hombros redondeados, busto en punta y realzado,
cintura entallada y diminuta, falda larga y acampanada, acompañado siempre con
sombrero, guantes y zapatos de taco alto. Durante esta década Dior presentó
varias colecciones en cada temporada, cada una con una línea que la
caracterizaba y moldeaba no sólo la figura femenina sino la silueta de la
década, entre estas se destacan las líneas H, A, Y.
Otro gran diseñador contemporáneo fue Cristóbal Balenciaga. Sus diseños
tenían líneas creativas. Con un original espacio extra entre la prenda y el
cuerpo, colores exquisitos, cada uno una obra de arte, lo que le valió a
Balenciaga el título del “maestro” de la alta costura.
Diseño Jaques Fath 1950s |
· MODA JOVEN
La década de 1950
marcaría uno de los hitos en la historia de la música, uno que tendría una
influencia ineludible para la totalidad de la gente joven, proporcionando
sonidos y a través de sus representantes, una imagen que los definiría para
siempre: la aparición del ROCK AND ROLL, que reinventaría la cultura popular. A
esta nueva corriente se sumaría la otra gran fuerza del siglo XX, el cine,
presentando en la gran pantalla, estrellas jóvenes que personificaban la vivaz
apariencia de la nueva juventud y a la vez ponían de manifiesto las
inquietudes, los impulsos y las preocupaciones de los adolescentes del momento.
Esto es captado,
inmediatamente por el cine en películas como, “Los 400 golpes”, de Truffaut, que acusa a la sociedad de los golpes
de incomprensión, asestados sobre los jóvenes; “Semilla de maldad” , “El Salvaje” y “Rebelde sin causa” que convierten, estas dos últimas, a Marlon
Brando y James Dean respectivamente en ídolos de la juventud del '50.
La rebeldía y la incomprensión no sólo son patrimonio de los jóvenes
marginados, sino que embanderaba a toda la juventud de la década que una vez
superada la crisis económica de posguerra, se encuentra por primera vez con
dinero y con nada que le sea propio: ni música, ni ropa, ni clubes, ni
identidad.
Tenían que compartir su mundo con el de los adultos. Pero el mercado admitió que los adolescentes se habían convertido en unidades comerciales independientes, con gustos y necesidades diferentes, y empezaron a ofrecerles cosas: prendas de vestir que los identificaran como los jeans, remeras, camperas; las motocicletas, bebidas y música. El rock and roll marcaría la época, y Elvis Presley lo convertiría en un fenómeno mundial.
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