El muro de Berlín cayó en 1989, la Unión Soviética fue disuelta en 1991.
No cabe duda que los últimos 10 años del siglo XX fueron testigo de cambios
cruciales en las sociedades. También el mundo de la moda fue evolucionando a la
par hasta convertirse en una gigantesca industria convergiendo en ella: imagen,
elementos de poder económico, ideologías, luchas sociales, gustos musicales,
manifestaciones artísticas, influencias cinematográficas, impulsos de diseño y
materiales en constante evolución.
Para reflejar un estado
más evolucionado y naturalista del ser humano, preocupado por el medio ambiente
y las cuestiones sociales, la apariencia de los noventa, particularmente desde
mediados a fines de la década, se inclina hacia lo minimalista. Pequeños pero
claros detalles o accesorios, que ponen de manifiesto quién es cada uno. Ya sea
por medio de formas, o la marca, la nueva vedette de nuestra era.
Los monogramas, o logotipos de las casas de moda y las grandes marcas de
prêt a porter o ropa deportiva se transforman en un mensaje claro y directo,
que continúa siendo utilizado.
Las influencias se
tomaban de todos los ámbitos posibles, y el estatus de poder se manifestaba no
con grandes detalles sino con elementos contundentes.
El culto a la belleza y el cuerpo, siempre joven, alcanzó su pico de
poder representado en el mundo de la moda por las ultra delgadas supermodelos
como Claudia Schiffer y Naomi Campbell. Iniciando el reinado de las cirugías
estéticas y la obsesión con dietas y el ejercicio, en busca del cuerpo
perfecto. En las pasarelas se impone el uso de microminis y remeras ultra
cortas.
La música, el rock principalmente, sigue siendo el elemento
diferenciador de los jóvenes, y en la misma década se pasa del hard y soft
metal con bandas como Metallica, Guns and Roses y Whitesnake, con cabello largo
y jeans o prendas de cuero ajustadas, al desconsolado grunge de Nirvana, con
pantalones rasgados, remeras viejas o camisetas simples y camisas leñadoras.
Hacia el final de la década (y a su vez del siglo y milenio), la
apertura de mercado incluye todo tipo de prendas, estilos, influencias y
manifestaciones, haciendo de la indumentaria el primer y único elemento de
caracterización personalizada de cada uno, ya sea mediante la Alta Costura, el
Prêt a Porter, el Ready to Wear, el Sportwear, lso Básicos o la ropa de
Tendencia o diseño de autor; hay un estilo para cada uno, y queda en nosotros
el aprender a jugar con eso.