Estudio de la historia social de la moda, los textiles y el diseño. Centro de referencia y consulta permanente para diseñadores, estudiantes, investigadores y todos aquellos interesados.

lunes, 25 de julio de 2016

Perspectiva y antropocentrismo: El Renacimiento 1492 - 1660



Fue época del resurgimiento de la razón tras el medioevo, periodo fuertemente religioso. Las ciencias y el arte tuvieron un marcado desarrollo.
El hombre se transforma en la medida de todas las cosas. Se abandonan los estilos longitudinales para darle paso a una línea ancha y horizontal que da mayor presencia a la persona. Se dieron grandes avances en la vestimenta, que estaba a cargo únicamente de los hombres, sastres, quienes realizaban la moldería y costura de los complejos trajes, tanto femeninos como masculinos. 
El sastre por Giovanni Battista Moroni 1570-1575
Este movimiento, que marcó la arquitectura, la pintura, la literatura y también la indumentaria tiene su centro en la ciudad de Florencia desde donde irradia al resto de Italia y Europa.

Esta tendencia a la horizontalidad, hace que la indumentaria adquiera una silueta de volúmenes más anchos. Se utilizaron telas ricas de colores vivos y contrastantes, adornadas con diseños muy variados, siendo las más usadas las sedas, terciopelos, brocados, y fina batista para las camisas.
Tiene gran difusión el uso de telas acuchilladas, que se trabajaba superponiendo dos telas de colores contrastantes y cortando con cuchillos calientes la tela superior para dejar entrever la de debajo por las aberturas.
También se impuso el uso de cuellos rígidos o montados, tomando en un principio la forma del encañonado para evolucionar más tarde a la gorguera plegada, muchas veces de dimensiones exageradas. Principalmente se utilizó: terciopelo, telas adamascadas, brocatos, seda natural, pieles, telas recamadas, encajes, rasos Y para los bordados: hilos de oro y plata y seda multicolor. Además de tener un gran recargo en los bordados con piedras preciosas y semipreciosas en toda la extensión del traje. Las telas blancas (lino, algodón, batista, muselina) se reservaban para las prendas interiores tales como la camisa interior.

VESTIMENTA FEMENINA

Para la apariencia femenina surge el uso de corset, para darle forma al torso y armazones, (armados) para dar volumen a las faldas. El traje se divide en dos partes:
 
Cuerpo del vestido: parte superior desde el cuello hasta la cintura, que contiene las mangas.
Falda: parte inferior desde la cintura hasta el piso.

El escote principal tenía forma cuadrada habitualmente cubierto con una pieza de gasa bordada, unida al escote quedando un escote velado y una gran variedad de mangas anchas y largas. Éstas podían ser simples o divididas. Utilizando como adorno los Abuchonados y Acuchillados (tajos realizados por el sastre con cuchillas de variados tamaños calentadas al fuego) siendo estos últimos empleados como ornamentación en todo el traje y en la capellada del calzado. Sumaban como abrigos mantos y capas que cerraban por medio de broches o cordones. El peinado era siempre recogido y acompañado de velos, tocas y adornos, pero ya no era oculto de forma tan intensa como en el periodo anterior, sino que los tocados acompañan la presentación del cabello como un accesorio decorativo.
 


VESTIMENTA MASCULINA

El traje es corto y ancho.
Los jubones pueden ser:
·         acampanados y muy plegados a la cintura, largo hasta el muslo. 
·         Cortos y ceñidos, apoyados en la cadera.
En ambos casos, se usan hombreras y el pecho forrado en guata. Se escotan los cuellos dejando ver las finas camisas y se los ata con cintas.
Usan gabanes muy anchos, generosamente plegados con o sin mangas, cuyo largo sobrepasa el del jubón.
Se utilizan calzas muy adherentes y los zapatos van perdiendo las puntas de la poulaine.
Se empieza a utilizar un calzón redondeado de piernas muy anchas llamado gregüesco.
Los sombreros levantan el ala y es propia de la época una boina que se lleva caída sobre una oreja y adornada con plumas.
La influencia española impone el uso de una capa corta (capote o capa a la española).


        

















A partir de la complejización en las líneas y las estructuras de la vestimenta, se podría establecer que a partir del Renacimiento será el cuerpo el que se adapte a la vestimenta, y no viceversa como es nuestra costumbre.
Como todos los periodos históricos, el Renacimiento ha sido fuente inagotable de inspiración para múltiples colecciones de diseñadores actuales.

 



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