Fue época del resurgimiento de la razón tras el medioevo, periodo fuertemente
religioso. Las ciencias y el arte tuvieron un marcado desarrollo.
El
hombre se transforma en la medida de todas las cosas. Se abandonan los estilos
longitudinales para darle paso a una línea ancha y horizontal que da mayor
presencia a la persona. Se dieron grandes avances en la vestimenta, que estaba
a cargo únicamente de los hombres, sastres, quienes realizaban la moldería y
costura de los complejos trajes, tanto femeninos como masculinos.
El sastre por Giovanni Battista Moroni 1570-1575 |
Este
movimiento, que marcó la arquitectura, la pintura, la literatura y también la
indumentaria tiene su centro en la ciudad de Florencia desde donde irradia al resto de Italia y Europa.
Esta tendencia a la horizontalidad,
hace que la indumentaria adquiera una silueta de volúmenes más anchos. Se
utilizaron telas ricas de colores vivos y contrastantes, adornadas con diseños
muy variados, siendo las más usadas las sedas, terciopelos, brocados, y fina
batista para las camisas.
Tiene
gran difusión el uso de telas acuchilladas, que se trabajaba superponiendo dos
telas de colores contrastantes y cortando con cuchillos calientes la tela
superior para dejar entrever la de debajo por las aberturas.
También
se impuso el uso de cuellos rígidos o montados, tomando en un principio la
forma del encañonado para evolucionar más tarde a la gorguera plegada, muchas
veces de dimensiones exageradas. Principalmente
se utilizó: terciopelo, telas adamascadas, brocatos, seda natural, pieles,
telas recamadas, encajes, rasos Y para los bordados: hilos de oro y plata y
seda multicolor. Además de tener un gran recargo en
los bordados con piedras preciosas y semipreciosas en toda la extensión del
traje. Las
telas blancas (lino, algodón, batista, muselina) se reservaban para las prendas
interiores tales como la camisa interior.
VESTIMENTA FEMENINA
Para la apariencia femenina surge el uso de
corset, para darle forma al torso y armazones, (armados) para dar
volumen a las faldas. El traje se divide en dos partes:
Cuerpo del vestido: parte superior
desde el cuello hasta la cintura, que contiene las mangas.
Falda: parte inferior desde la
cintura hasta el piso.
El
escote principal tenía forma cuadrada habitualmente cubierto con una pieza de gasa bordada, unida al
escote quedando un escote velado y una gran variedad de mangas anchas y largas.
Éstas podían ser simples o divididas. Utilizando como adorno
los Abuchonados y Acuchillados (tajos realizados por el sastre con cuchillas de
variados tamaños calentadas al fuego) siendo estos últimos empleados como
ornamentación en todo el traje y en la capellada del calzado. Sumaban como
abrigos mantos y capas que cerraban por medio de broches o cordones. El
peinado era siempre recogido y acompañado de velos, tocas y adornos, pero ya no
era oculto de forma tan intensa como en el periodo anterior, sino que los
tocados acompañan la presentación del cabello como un accesorio decorativo.
VESTIMENTA MASCULINA
El
traje es corto y ancho.
Los
jubones pueden ser:
·
acampanados y muy plegados a la cintura, largo hasta
el muslo.
·
Cortos y ceñidos, apoyados en la cadera.
En
ambos casos, se usan hombreras y el pecho forrado en guata. Se escotan los
cuellos dejando ver las finas camisas y se los ata con cintas.
Usan
gabanes muy anchos, generosamente plegados con o sin mangas, cuyo largo
sobrepasa el del jubón.
Se
utilizan calzas muy adherentes y los zapatos van perdiendo las puntas de la
poulaine.
Se
empieza a utilizar un calzón redondeado de piernas muy anchas llamado
gregüesco.
Los
sombreros levantan el ala y es propia de la época una boina que se lleva caída
sobre una oreja y adornada con plumas.
La
influencia española impone el uso de una capa corta (capote o capa a la española).
A partir de la complejización en las líneas y las estructuras de la vestimenta, se podría establecer que a partir del Renacimiento será el cuerpo el que se adapte a la vestimenta, y no viceversa como es nuestra costumbre.
Como todos los periodos históricos, el Renacimiento ha sido fuente inagotable de inspiración para múltiples colecciones de diseñadores actuales.