Estudio de la historia social de la moda, los textiles y el diseño. Centro de referencia y consulta permanente para diseñadores, estudiantes, investigadores y todos aquellos interesados.

lunes, 30 de mayo de 2016

¿Y por qué nos vestimos?



¿Qué tan superficial puede ser un elemento que acompañó a la humanidad en toda su evolución? Ya sean recortes de pieles, ornamentos en metal o prendas con costura, lo que vestimos y nuestra apariencia es nuestro único medio inmediato de comunicación sin diálogo. La ropa es indicador de personalidad, gustos, valores y pertenencia. En ella se refleja constantemente nuestra identidad y en el mundo físico sólo podemos hacerlo mediante nuestro cuerpo, herramienta mediante la que nos presentamos como individuos.
            Traje, indumentaria, ropa…sinónimos de aquello que desde los comienzos el ser humano se puso o usó  para cubrirse, para poder manifestarse en su entorno y protegerse de su medio ambiente. En lo que nos ponemos confluyen gran cantidad de elementos que nos presentan a diario y nos ubican en lugar y tiempo.

            A través de lo que vestimos podemos, sin decir palabra, comunicar nuestras ideologías, nuestros gustos en música, cine, incluso nuestro poder adquisitivo, ya sea que se lo tenga o se lo desee.
                                  
            Toda civilización, sociedad, tribu o grupo humano ha usado textiles, pieles, metales preciosos, gemas, y materiales varios para crear y manifestar su identidad. Y sea que los cambios en el vestir ocurrieran a lo largo de siglos o tan sólo en unos años cada momento quedó y quedará plasmado y puede ser entendido al ver que vestían: lo exagerado de los 80s; los materiales no convencionales y su referencia al futuro en los 60s; el New Look de Christian Dior como cambio tras la Segunda Guerra Mundial; la liberación del corset para las mujeres en los 20s; la estructuración conservadora de la imagen masculina tras la era victoriana de fines del siglo XIX; la confluencia del poder económico en los recargados trajes renacentistas y barrocos, hasta la importancia jerárquica de los trajes greco-romanos.
           
Consideramos como vestimenta a las prendas que se utilizan sobre el cuerpo humano, desde el principio de los tiempos en todas las civilizaciones existentes hasta la actualidad.
            Se le dio el nombre de Indumentaria a partir del Imperio Romano donde se llamaba Indumenta  a las prendas exteriores.
            La o las modas surgen con el tiempo por varios factores socio-político-económicos. Acuñándose el término Moda a partir del periodo Barroco bajo el reinado de Luis XIV, quien dictaminó para la corte de Versalles, los modos y modas, como presentarse e interactuar en entre la aristocracia francesa.

¿Qué es la Moda entonces?

         Hábitos
         Costumbres sociales
         Reglamentación de la convivencia
    Cambios producidos en la vestimenta que acompañan la evolución de la humanidad
         Procesos sociales, económicos y/o políticos

Teorías
      Se suelen interpretar 3 teorías bajos las cuales se explica la evolución de la vestimenta en la humanidad:

         La Función Protectora, por razones climáticas o de hábitat ( no únicamente bajo condiciones extremas)

         La Decoración, ya sea en prendas de vestir o accesorios, maquillaje o usos en el cabello; como atractivo, o destaque. Pertenencia y/o diferenciación. Protección religiosa o mística

Siendo posible rastrear ejemplos de éstas dos desde tiempos prehistóricos.

         El Pudor, a partir del surgimiento de la Iglesia como institución de poder y pauta de leyes que afectan y modifican a las sociedades, se difunde y establece el concepto de pudor y por ende el ocultamiento del cuerpo.

Desde ya que se da una interactuación de cada una de estas teorías, especialmente las dos primeras en función de un sentido más instintivo, y la tercera dependiendo las características religiosas del grupo humano.

La historia social de la moda en Occidente y sus influencias es parte de nuestra historia. Nuestra vestimenta nos acompaña cada día de nuestra vida.

            Continuemos entonces, contando y haciendo historia.

Libro "Las  muy ricas horas del Duque de Berry" C. 1410




Valentino otoño/invierno 2013








































miércoles, 25 de mayo de 2016

¡LA "DAMA ANTIGUA" ES MENTIRA!



Sí, sí, así como lo lee.  La vestimenta de las mujeres en cientos de revistas para chicos a lo largo de décadas es totalmente falsa.

¿A cuántas generaciones de nenas (entre las que me incluyo) nos han disfrazado para el 25 de mayo con el vestido de enorme falda circular y peinetón para el acto del colegio? Pues tanto el traje como el accesorio son un falso histórico.  Ojo, no es que no hayan existido, de hecho así fue, pero no para 1810, ni para 1816; sino que corresponde a una mezcla entre 1830 (peinetón) y 1840-50 (falda circular amplia). O sea tenemos un desfasaje de unos 40 años en lo que a la apariencia femenina del periodo Revolución/independencia respecta.

Aclaremos primero que se considera “dama antigua” a cualquier mujer vestida al estilo de otra época. Si tenemos en cuenta que un objeto  tiene valor de antigüedad histórica a partir de los 50 años aproximadamente, hoy en día una mujer caracterizada de Marilyn Monroe, es una dama antigua…fuerte, no?

        ¿Y qué importancia puede tener esto? Mucha, dado que la silueta femenina  varió de forma tan evidente que se puede fechar de manera exacta todo el siglo XIX.  Es decir, a través de la vestimenta de la mujer es posible fechar con un margen de error mínimo. No así con el traje masculino que fue prácticamente el mismo desde 1800 hasta 1850 en adelante.

 Con la autocoronación de Napoleón Bonaparte como emperador, y la creación del Primer Imperio francés, desde 1804 hasta 1820 (o sea 25 de mayo de 1810 y 9 de julio de 1816 incluidos), fue el estilo Imperio el que rigió en lo estético. Y así fue llamado el vestido femenino durante esta época: vestido Imperio o corte Imperio. La silueta columnar, que lleva el talle bajo el busto y una falda de forma tubular hasta el piso, buscaba  imitar la estructura de los trajes envolventes grecolatinos. Al igual que el calzado, llamado ballerinas, una variante de escarpín o chatitas si prefieren un término más actual, sin taco, e incluso con el cruce de las cintas entorno al tobillo como las sandalias de la Antigüedad.

            Dada la influencia española por el Virreinato, las damas porteñas sí usaron peineta…pero peineta pequeña.  El peinetón curvo es de 1830, bajo gobierno de J.M. de Rosas; o sea, digamos que de todo el conjunto, sólo la mantilla es fiel a la época…ni que decir de los “famosos” paraguas. Qué más bien lo que había eran sombrillas o parasoles femeninos, artículos de gran lujo muy costosos.

           Y las evidencias están. Ahora a un click de distancia; haga el siguiente ejercicio: busque en Google imágenes bajo los siguientes títulos:

-Acuarelas de Emeric E. Vidal 1816 – 1819 (agregue Iglesia de Santo Domingo, si quiere más datos).

- El ensayo del Himno Nacional en la sala de la casa de María Sánchez de Thompson. Pedro de Subercaseaux. Óleo sobre tela. Colección Museo Histórico Nacional.


           Ahí están.  ¿Cierto? La verdad a un click nomás.  Mujeres en la ciudad de Buenos Aires, vestidas estilo Imperio. Una imagen vale más que mil falsos históricos.

           Emeric Essex Vidal fue un navegante inglés  que llegó a estás costas e ilustró, como muchos viajeros lo hacían, aquello que fue viendo al recorrer las calles de la Buenos Aires y Montevideo entre los años 1816 (¿le suena este año?) y 1818. De hecho la recopilación se llama: Picturesque Illustrations of Buenos Ayres and Montevideo.

                El cuadro,  Subercaseaux lo pintó en 1909 (un siglo después del hecho, que retrata el año 1812, y no les puso la moda de 50 años después, sino la que correspondía históricamente hablando) es parte de nuestro patrimonio nacional, y muestra con PERFECTO detalle a cada una de las damas presentes en sus más impecables vestidos IMPERIO. 


                 Ya desde finales del 1600s Francia se había convertido en capital central de la estética y todo el mundo (otros reinados y colonias) imitaban a París indistintamente de su realidad política. Lo mismo ocurría en el 1800. Desde Rusia (en guerra con Napoleón) hasta Inglaterra (en guerra con Napoleón), hasta los Estados Unidos (país independiente) y cada uno de los Virreinatos de América,  en todas partes el traje femenino “a la moda” era el vestido de corte Imperio. ¿Difícilmente podían usar algo que todavía no existía, verdad? Y está a la vista en cuanto retrato hay en cada país, en museos de Bellas Artes o Históricos, donde vaya y busque pinturas realizadas o ambientas entre 1800 y 1820, ahí verá en imagen femenina el vestido Imperio.

              Quizás haya sido la mala interpretación posterior del cuadro realizado por Carlos E. Pellegrini en 1848, “Las fiestas mayas”, por las celebraciones del mes de mayo, claro está. Donde se observa a varias señoras con los peinetones y faldas amplias, moda de 1840-50. O quizás porque vivimos en un país que tergiversa hasta el más mínimo detalle en pos de una falsedad conveniente; o quizás porque “Imperio” implica tener que explicar qué fue el Imperio Napoleónico y para hacerlo hay que remitirse al cambio de modalidad de gobierno surgida de la Revolución  impulsada por el pueblo francés y las ideologías de República y democracia de la Antigüedad, y también hemos vivido en un país en el que las ideologías de revolución han molestado a más de uno. Difícil ya encontrarle la punta al ovillo de este falso histórico.

                Pero estemos atentos a cuanto acto de colegio, casa de disfraces, programa de tv y conmemoración/festejo haya hoy y por venir en julio.


Hagamos y tengamos una historia verdadera de una vez.